A Day in the Life (of a Translator)

M. Soledad Berdazaiz
6 min readJun 3, 2020

La intraducibilidad de las lenguas

Para entender por qué existe cierto grado de intraducibilidad entre las lenguas, es necesario primero entender qué es la lengua. Una primera definición de lenguaje, algo llana y superficial, la podría concebir como el conjunto de signos y sonidos que hacen a la comunicación humana. Pero si vamos un poco más allá, podremos entender que el lenguaje es un concepto mucho más complejo, ya que está íntimamente ligado a la identidad social del ser humano.

El pueblo ona, por ejemplo, un pueblo indígena que habitaba al sur de la Patagonia, se refería a la tristeza con la misma palabra que describía “el período difícil en que el cangrejo pierde su viejo caparazón y está esperando a que el nuevo le crezca”. El peor insulto era Walapatuj que significa hombre que ha matado a otro hombre, y esa palabra no se aplicaba a muertos en pelea. A un hombre que había perdido un dedo lo llamaban Wash terrh khomm (el zorro de la montaña que ha perdido una garra). Una hermosa poesía, ¿no?

Esto nos permite ver que una lengua no es solo una forma de comunicación humana, sino que es una representación lingüística del mundo, una forma de concebir la realidad, y la realidad, cabe aclarar, nunca es única ni objetiva. El lenguaje es el instrumento que nos permite comunicar nuestros pensamientos y sentimientos, y hacer palpable el entorno. Mediante el lenguaje, expresamos nuestra identidad cultural: los valores, las comidas, las celebraciones, las creencias, etc. convergen en la expresión lingüística. Así, resulta entonces esperable, al menos, que haya ciertos elementos de una cultura que no se pueden volcar a otra mediante un equivalente en la lengua de llegada (LL).

A continuación, veamos algunos ejemplos de palabras del español que no encuentran una traducción al inglés. Decidí excluir palabras de alta carga cultural e incluir palabras de uso cotidiano y conocidas por la mayor parte de los hispanohablantes. Aquí van:

1. Empalagar: dependiendo del contexto, quizás podría traducirse como “too sweet”, sickly, pero muy difícilmente podamos en inglés comunicar la idea de que algo o alguien causa hastío por su dulzura.

2. Estrenar: probablemente, en inglés podría decirse “to wear something for the first time”… siete palabras para traducir una… no está tan mal.

3. Ajeno: Con el significado de “perteneciente a otra persona”, podríamos traducirlo por “other people’s”, someone else’s, etc. Pero definitivamente hay que buscarle la vuelta porque no hay una correspondencia tajante entre los dos idiomas.

  • “No me gusta meterme en los asunto ajenos”.
  • “I don’t like to interfere in other people’s affairs”.

4. Prójimo: sinónimo de semejante, cualquier persona considerada respecto de otra en tanto que parte de la humanidad. Su traducción podría ser “other people”, fellow men.. ¿pero acaso hay alguna palabra en inglés con tal belleza y sonoridad?

5. Friolento: ¿someone sensitive to cold, tal vez?

6. Aprovechar: La frase en inglés “to seize a chance” o “take an opportunity” traduce la idea de aprovechar una oportunidad. Pero en español, este verbo lo usamos con otros significados, como por ejemplo cuando decimos:

  • “Aproveché que el día estaba lindo y salí a caminar por el parque”

En este caso no lo traducimos como “I took the opportunity to…” porque en inglés suena bastante formal y no del todo natural en el contexto que se presenta aquí, y eso se debe sencillamente a que este idioma no utiliza este tipo de estructuras del mismo modo que lo hace el español. Por el contrario, deberíamos buscar alguna frase equivalente que exprese la misma idea.

7. Tocayo: una palabra hermosa que lisa y llanamente no tiene equivalente en inglés. Por lo tanto, deberíamos optar por una frase del estilo “we share the same name”, o “we are called the same”.

8. Ojalá: En inglés, diríamos algo así como I hope so o hopefully, con un sentido más o menos parecido pero no exactamente igual. De hecho, una oración como “Ojalá llueva mañana” se traduciría al inglés como “I hope it will rain tomorrow” (donde I hope es más bien un “espero”).

Ahora bien, una lengua no se trata simplemente del uso de palabras pronunciadas de manera suelta, sino que dependen de una estructura (o gramática) que les de un soporte. En este plano las lenguas varían sustancialmente. Un idioma puede seguir la tipología Sujeto-Verbo-Objeto, como la mayor parte de las lenguas europeas, incluido el inglés, o la de Sujeto-Objeto-Verbo, como el japonés o el turco, o incluso la de Verbo-Sujeto-Objeto, como el galés. Hay lenguas que permiten el sujeto tácito, tales como el español o el italiano, mientras que en otras su uso es obligatorio, como en inglés o en francés. El traductor, por supuesto, considera todas estas cuestiones a la hora de traducir. Así, por ejemplo, la oración “I am a dentist” se traduce como “soy dentista”, sin necesidad de incluir el pronombre de primera persona delante del verbo en español.

A continuación, vamos a ver algunas construcciones gramaticales del español que resultan difíciles de traducir al inglés, ya sea porque son construcciones inexistentes en esta lengua o porque no resultan naturales.

1. Diminutivos y aumentativos: el español, por ejemplo, hace mucho uso de estos sufijos, a veces con la intención por parte del hablante de denotar algo grande o diminuto en tamaño, como por ejemplo, y otras veces con un uso valorativo.

En el primer caso, la traducción al inglés se realiza anteponiendo palabras como little, large, etc. pero resulta más complejo en el segundo caso. Consideremos, por ejemplo, la siguiente oración:

“Ella estaba sentadita en el banco de la esquina”.

¿Qué idea transmite el diminutivo en este caso? ¿Es acaso posible volcar esa valoración al inglés? Por supuesto que como traductora afirmo que sí es posible si utilizamos una variedad de recursos, pero ya dejaremos el plano de la palabra para hacer usos de recursos a nivel oracional o, incluso, de párrafo.

2. El aspecto gramatical.

En inglés, el aspecto se manifiesta solamente mediante perífrasis continuativas (was studying) o perfectivas (have studied) y, en ocasiones, por medio de verbos modales (could/would).

En español, el aspecto, si bien puede marcarse perifrásticamente (estaba/estuve estudiando, he/había estudiado), también se manifiesta morfológicamente (estudió/estudiaba). Y aquí es donde no encontramos equivalente en inglés. Así, una oración como la siguiente:

“Los niños jugaban y se reían en el parque”

puede traducirse como “The kids played and laughed at the park”o el traductor puede optar por agregar una construcción con Would o used to para indicar la continuidad de la acción en pasado.

3. Construcciones con Se (con el mismo valor: me, te, nos, os)

Cuando usamos en español el Se dativo (o intensificador del verbo), difícilmente se lo pueda traducir al inglés.

  • Se comío tres platos.
  • Se fue enseguida.

En este caso, el pronombre reflexivo sirve únicamente para intensificar el significado del verbo, en construcciones transitivas o intransitivas. Pero si tenemos que pensar en cómo traducir ese matiz en inglés con un equivalente, debemos optar por alguna frase con un reflexivo.

Para concluir, podemos decir que los ejemplos de arriba nos demuestran que siempre perdemos algo al trazar el puente hacia una nueva lengua. En este sentido, Umberto Eco concibe a la traducción como “decir casi lo mismo”. Por supuesto, esto no quiero decir que esta pérdida sea insalvable: dependerá de la destreza del traductor el poder recuperarla o no, haciendo uso de diferentes recursos. “La fidelidad”, según Eco, “es una negociación entre traductor, lector y autor originario (mejor dicho, el texto que nos ha dejado como único testimonio de sus intenciones)”.

Sin embargo, más allá del resultado final, el propósito de este artículo no es discutir las habilidades traductológicas, ni cómo lograr la mayor fidelidad al texto. Mi propósito es destacar las diferencias entre las lenguas y celebrarlas: que una lengua no posea ciertos términos que sí aparecen en otra no la colocan en un rango menor ni menoscaban su riqueza lingüística. Muy por el contrario, una traducción puede acercar al lector a ese nuevo pueblo y adentrarlo hacia un nuevo universo cultural y lingüístico.

Este sencillo texto pueda tal vez, inspirar al lector a reflexionar acerca de por qué sucede este fenómeno, por qué hay ciertas palabras y estructuras que aparecen en una lengua y no en otras, qué procesos lingüísticos sufrió esa lengua, qué tipo de contactos tuvo con otras lenguas el español para tener en su repertorio palabras como tocayo, friolento o aprovechar. Para esto, el estudio de la historia de la lengua o de la etimología de las palabras puede resultar de gran ayuda (La palabra “ojalá”, por ejemplo, deriva del árabe y significa “si Dios quiere”. Pero dejemos este tema para otro artículo).

Por ahora, creo que es suficiente decir que siempre habrá cierto grado de intraducibilidad entre las lenguas, pero eso no significa que perdamos ideas y conceptos en el camino. Muy por el contrario, si el traductor logra transmitirle a un lector que no habla español el significado de tocayo, friolento o empalagar en la LL, entonces ese lector estará mirando el mundo bajo una nueva cosmovisión, y la tarea del traductor estará lograda.

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M. Soledad Berdazaiz

Eng<>Spa translator, writer, book lover. Patagonia born. You are invited to read me.